Es responsabilidad del diseñador incluir en sus propuestas las ventajas o lo beneficios que pudieran resultar en oportunidades de negocios y que esa inversión por parte del cliente se pueda retornar, claro, su puesta en marcha y seguimiento siempre dependerá de la gestión del cliente mismo.
Se puede decir que a partir del año 1998 es que en la
República Dominicana el
diseño web se empieza a desarrollar como negocio. Las empresas privadas comienzan a contemplar o tener la necesidad de tener
presencia en la internet. Personalmente pienso que en ese entonces la mayoría de las empresas no lo veían como una inversión sino como un gasto sin
retorno de la inversión (ROI), lo hacían mas por la moda de estar presente en internet que por una necesidad real.
No se veía la inversión en un web site como una
herramienta mercadológica o de negocios sino como un simple escaparate que se tenia colgado en la internet. Todavía en el 2004 era muy difícil encontrar a empresas que estuvieran dispuestas a destinar un presupuesto para la
optimización y el
rediseño de su página web con el objetivo de convertirla en una herramienta para maximizar o expandir sus negocios, mercadear sus productos y/o servicios, o como valor agregado de seguimiento y soporte a sus
clientes actuales y potenciales.
Crear un sitio web a un nivel profesional exige una serie de pasos básicos que se deben cumplir en un proceso que se comprende de varias etapas, el cliente debe ser parte integral de este proceso y su participación determinara el fin o los objetivos. Desde contestar unas cuantas preguntas que serán cruciales para determinar las
secciones del sitio, jerarquizar dichas secciones, diseñar la
navegación, definir los objetivos del sitio (informativo, un sitio transaccional o de
e-commerce, wiki, etc) cómo se posicionará, el
diseño, la
interface, etc., todo esto se hará posible, primero en una hoja de papel, esto comprende la etapa de para continuar con la de
planeación,
pre producción,
producción,
testeo y
puesta on-line.
Cuando no se crea un sitio web con estos requisitos obviamente significa que tendríamos menos trabajo, menos trabajo debe resultar en un menor costo por parte del cliente.Lo que pretendo ilustrar aquí, es que el
cliente tendrá siempre 2 opciones: Tener un sitio profesional o tener un sitio
amateur. Hemos vistos muchísimos casos de empresas de renombre con un sitio web que realmente no se corresponde con
el prestigio de la marca.
Desde el punto de vista del cliente, el precio a pagar por un sitio web tiene que ver con el
manejo profesional o no del suplidor, sea
empresa o
independiente (
freelance), su experiencia (
portafolio), su propuesta, garantías, etc. Es responsabilidad del
diseñador incluir en sus propuestas las
ventajas o lo
beneficios que pudieran resultar en
oportunidades de negocios y que esa
inversión por parte del cliente se pueda retornar, claro, su puesta en marcha y seguimiento siempre dependerá de la
gestión del cliente mismo. Es a partir de aquí donde el cliente apreciará el
valor real de su sitio web y considerará los costos del
diseño y
mantenimiento como una
inversión con beneficios a mediano o largo plazo.
En general, la mayoría de
empresarios considera muchas veces exorbitantes
los costos de un sitio web y muchos no entienden por qué, siendo algo intangible, no les resultan razonables los números de nuestra
cotización. Por ejemplo, una señora que importa obras de arte decide expandir su negocio, quiere montar un a tienda en línea, colocar sus productos con fotos, descripciones, precios, manejar un inventario, realizar pagos o
transacciones en línea y demás hierbas aromáticas. Si lo comparamos con la realidad física, la señora tendría que hacer una inversión en local comercial, almacén, decoración de la tienda,
distribución, instalaciones de línea telefónica, fax y equipos para los
promoción,pagos por tarjeta de crédito además de la contratación del personal. No sé exactamente cuál sería el total de la
inversión pero si estoy seguro que excedería los RD$200,000. Esta señora contaba con un presupuesto de RD$50,000 para el proyecto web y no estaba dispuesta a pagar ni un solo centavo más. Cuando recibió la propuesta y conoció el
alcance que podría tener cambió de opinión. Tres meses mas tarde ya estaba realizando sus primeras
ventas en línea a través de su flamante sitio de
e-commerce con una inversión de RD$260,000.
En conclusión, puede que resulte curioso pero, opino que el precio que están dispuestos a pagar los clientes por nuestro trabajo dependerá de
nosotros mismos.